Ayer la selección española de balonmano cayo en su primer partido de la fase de grupo al perder 28-35 contra Hungria. El conjunto español ofrecio una imagen de desazon y desconfianza (poco propia de una campeona del mundo) que debera desaparecer pronto a no ser que quieran caer eliminados a las primeras de cambio. España pago la falta de jugadores como Barrufet o Uríos, y no solo por su ausencia, sino porque el equipo sabia que no estaban y que no se podia contar con ellos. Los jugadores españoles no hicieron un buen partido ni en equipo, por la poca compenetracion e inseguridad que habia entre ellos ni en individualidades, porque jugadores de la talla de Iker Romero, Chema Rodriguez, Alberto Entrerrios y "Juanin" Garcia no se valieron por si mismos para sacar al equipo adelante, y esa inseguridad del conjunto de Pastor la acabaron aprovechando los jugadores hungaros con Nagy (el lateral del Barça) como buque insignia, acompañado por Ilyes e Ivancsik para lanzar a Hungria hacia la victoria.
Así que, la gran España campeona del mundo empieza mal el Europeo, pero aunque esto no sea como empieza, sino como acaba, un buen comienzo siempre ayuda.
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